El tradicional espíritu inquieto de los ourensanos se merecía formar parte de la Semana Europea del Emprendedimiento. Y como nadie se había animado hasta ahora, fuimos nosotros, los socios de Apoio.coop, los que cogimos el toro por los cuernos. Nos apetecía ofrecer algo arriesgado, diferente. Muy útil. De emprendedores para emprendedores.
Nos lanzamos a la piscina sin agua. La información había llegado a nosotros demasiado tarde (eso nos dijeron) para organizar algo así, pero respondimos que no conocían la capacidad de trabajo de los gallegos.
Pasito a pasito se hace el camino, ¿no? Pues nos echamos a andar. A correr, más bien. Cada día una lista de tareas menos por hacer. Un dolor de cabeza que desaparecía. Si no se intenta, no se consigue. Paso firme y mirada al frente. Non stop.
Se acercaba el día D. Faltaban 2 días. Y presentamos el evento a la prensa. Necesitábamos que 50 personas confiasen dos mañanas de su valioso tiempo a algo que ni conocían. No teníamos ni 48h de margen para explicarnos. Difícil, pero no imposible.
¿Gustará o no gustará?
Ciertas dudas nos embriagaban, lo reconozco. Pero cuando las cosas se hacen con amor… ¡maloserá!
En unas horitas de nada, un plis-plas, completamos el aforo del viernes, y casi el del jueves. La prensa abriría el día después animando a participar en un evento para el que ya casi no quedaban plazas. Objetivo casi conseguido. No. Faltaba lo más importante: serles útiles.
El centro de conocimiento La Molinera acogió dos días totalmente prácticos, donde el protagonista fuese el público. Eran los participantes quienes crearían el contenido. Preguntas. Propuestas. Conexiones con otros participantes. Autopresentaciones en vídeo. Aprender haciendo. Learning by doing.
Los abrazos sinceros del final compensaron con creces el esfuerzo.
Ourense pudo tener lo que se merece. Lo que nos merecemos.
GRACIAS. Por creer. Por confiar.